lunes, 21 de noviembre de 2011

REFLEXIÓN

Tras la correción de mi última maqueta, la conclusión que he sacado es que el tema resulta muy ambiguo. Tengo que concretar datos, ya sean reales o inventados, decidir recorridos, un principio y un fin, lugar de salida y de llegada.

La ciudad ha sido siempre y todavía podría seguir siendo escenario que transforma las experiencias de los individuos que la habitan, encuentros y despedidas, orden y caos, movimientos rítmicos y pautas establecidas; también es desincronía, pulsaciones arrítmicas y silencios.

En la ciudad del siglo XXI el individuo se pierde en lo idéntico e indiferenciado, cobijo de la vida contemporánea, transita en ciudades que se definen a partir de lo mensurable, en las que se miden cantidades, también los tiempos e incluso los espacios, el lapso de serenidad ha desaparecido y parece que no hay lugar para el vacío.

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